Can Marça, una cueva de corsarios y de contrabando en Ibiza
Si has decidido alquilar un coche para realizar una ruta por el norte de Ibiza, la Cova de Can Marça debe estar en la lista de tus destinos. Disfrutar de todo el paisaje que rodea las cuevas de Can Marça es de por sí un espectáculo. Los acantilados cerca de Sant Miquel de Balansat guardan con recelo los secretos que esconden las cuevas de Can Marça, custodiadas en su día por contrabandistas.
Famosa por su bonito recorrido impresionará a todos los que no hayan visitado otras cuevas. Las rocas, aún guardan marcas que indican su entrada, donde en el pasado corsarios y piratas almacenaban su botín. Entre las cuevas de Can Marça y el islote de Sa Ferradura anda el juego.
Esta cueva se encuentra ubicada en el pueblo de San Miguel de Balansat. Visitarla es conocer la historia popular de Ibiza, relatos y aventuras de contrabandistas que llegaban a la isla en aquella época. El precio de la entrada es asequible, pero como todo depende de tus expectativas.
Con un área de unos 8.500 metros cuadrados la visita suele durar unos 40 minutos. Durante la visita conocerás cómo se formo geológicamente y detalles de los pobladores que vivían a los alrededores.
Las salas más bonitas son; la sala de la cascada y la sala del Templo o la de Buda. Las estalagmitas de diversas columnas y estalactitas que se han ido formando a lo largo de los años debido precisamente a la acción erosiva del agua, son parte de sus atractivos.
Historia de la formación de la cueva Can Marça en Ibiza
Las leyendas, tanto de corsarios, piratas y contrabandistas convierten a la cueva de Can Marça en un lugar turístico muy visitado ya desde los años 80. Oculta junto al Port de Sant Miquel, constituye un interesante hueco calizo, el cual se ha ido formando durante más de 100.000 años debido a la acción erosiva y disolvente del agua del mar. Su historia recuerda a libros como la Isla del Tesoro y relatos de contrabandistas. ¿A quién no le gustan las historias de piratas? A mi personalmente me recuerda más a las aventuras de Los Cinco en la isla, de la colección de literatura juvenil, muy popular entre los años 70 y 80.
Qué ver cerca de las Cuevas de Can Marça
En el recorrido hacia los acantilados podrás disfrutar de las vistas al mar, que no dejan a nadie indiferente. Como ya mencioné con anterioridad, la ruta por la parte norte de la isla esconde estampas dignas de enmarcar. Si tu visita es entre febrero y marzo, el paisaje que rodea la carretera se llena del esplendor de la floración de los almendros en Ibiza, un suceso muy bonito en la isla.
La época invernal es ideal para conocer la gastronomía ibicenca y degustar platos típicos de Ibiza, que en verano cuestan más de digerir. Masías, algarrobos, olivos y algunos árboles frutales te acompañaran en tu recorrido. Una iniciativa que busca proteger el medio ambiente, te propone probar en restaurantes y bares de la zona, productos ecológicos. Una manera de potenciar la producción de la isla, el cultivo local y carnes de granjas cercanas. Es curioso ver como en la actualidad aún vemos algunas vaguadas de cultivo agrario en las que todavía se continúa trabajando.
Si por el contrario visitas las cueva en verano, Cala Xarraca y Cala Portinatx serán tus aliadas para combatir el calor. Cala Xarraca está a menos de 5 km y Portinatx a unos 7 km de las cuevas. El pueblo de Santa Gertrudis de Fruitera queda a menos de 10 km y es un bonito lugar. Si viajas en familia te recomiendo acercarte a la Cala de San Vicente, donde podrás disfrutar de una zona de baño y playa con todo tipo de servicios.
Horarios y precios Cueva Can Marça
La cueva está abierta desde los meses de mayo hasta octubre, desde la mañana hasta las 8 de la noche. Mientras que en los demás meses abre desde la mañana hasta las 5:30 de la tarde. Algo muy importante que debes conocer es que para visitar la cueva no hace falta reservar. Con precios que oscilan entre los 7 euros para niños y los 11 euros para adultos.
100.000 años de historia te esperan en los acantilados de Sant Miquel de Balansat. Relatos y aventuras para los más pequeños de la familia. ¡Quien sabe, igual encuentras algún tesoro escondido!