Orígenes Dalt Vila Ibiza
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Recorrido por los orígenes de Dalt Vila

El acceso principal de Dalt Vila es el Portal de la mar o de Ses Taules, conocido así por los tablones de madera que formaban el paso levadizo.

Puerta entrada Dalt Vila - Ses Taules

Aunque muchos desconocen este hecho, lo cierto es que las murallas que se conservan actualmente en Dalt Vila no son obra de los fenicios. Las murallas son toda una obra de ingeniería, pensadas para adaptarse a la difícil orografía del terreno. Los baluartes fueron construidos tras la conquista cristiana.

La trama urbana de Dalt Vila se conserva casi intacta desde hace siglos

Una vez atravesamos el portal de acceso a Dalt Vila empieza nuestro recorrido por un laberinto de calles sinuosas repletas de bellos rincones. El esquema y distribución de esta trama urbana se conserva casi intacta desde hace siglos.

Después de un periodo de decadencia, tras la caída del Imperio Romano, los musulmanes anexaron la ciudad al califato de Córdoba. La ciudad fue nombrada Madina Yabisa, nombre que recibe el centro de interpretación ubicado en la ciudad.

Tras la conquista cristiana algunas de las calles de la Ciudadela recibieron algunos cambios. Por ejemplo, cerca de la calle Mayor podemos ver algunas de las casas señoriales que construyeron los nobles de la época. En muchas de las fachadas vemos como grandes ventanales ornamentados dan paso a la luz del sol.

La Catedral de Ibiza

Catedral Ibiza

En la parte superior de la colina encontramos la Catedral de Santa Maria, popular por la forma trapezoidal de su campanario.

Visitar esta ciudadela es muy agradable en cualquier época del año. Si visitas la ciudad en verano un paseo al atardecer es el momento ideal. Más tarde puedes cenar en algún restaurante típico de Ibiza y acabar la noche dando un paseo por las calles repletas de tiendas de artesanos.

Visita obligada al castillo entre baluartes y murallas

Baluarte castillo Ibiza

Es casi obligado visitar el castillo para contemplar las vistas desde sus imponentes baluartes y murallas.

Un recorrido ideal para acabar el día, antes de adentrarte en la larga noche de fiesta y ocio nocturno. Por el contrario, si visitas la isla en otoño o invierno, el paseo por las calles empedradas será más agradable al mediodía antes de comer. Un buen plan para hacer un descanso y disfrutar de la gastronomía ibicenca, para acabar la tarde contemplando el atardecer de Ibiza desde lo más alto de la ciudad.

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